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Aquolive: Mejorando la producción acuícola con bioactivos procedentes de biomasa de aceite de oliva

SOSTENIBILIDAD DE LA ACUICULTURA: UN RETO GLOBAL CRECIENTE


Según las Naciones Unidas, se prevé que la población mundial alcance los 9800 millones de habitantes en 2050 (Naciones Unidas, 2017[1]). Paralelamente, el consumo de pescado pasó de 121 millones de toneladas en 2008 a 140 millones de toneladas en 2013 (FAO, 2017), asumiendo la acuicultura un 90% de este aumento. De cara al futuro, poblaciones más numerosas y acomodadas seguirán demandando más pescado, por lo que se prevé que el crecimiento de la acuicultura se convierta en el principal recurso para satisfacer este aumento de demanda (FAO, 2017). Teniendo en cuenta estas tendencias, se estima que la demanda de pescado haya aumentado un 30% en 2030 (Strategy and Markets, 2017[2]). Para satisfacer este aumento de la demanda de pescado, la producción acuícola tendrá que crecer un 50% con respecto a la producción actual[3]. La intensificación de la acuicultura se postula como la única solución razonable para satisfacer esta demanda.

Sin embargo, la intensificación de la acuicultura se enfrenta al reto de disponer de fuentes de alimentación para los peces, sobre todo harina de pescado y aceite de pescado, que se obtienen principalmente de capturas de peces salvajes de la base de la cadena alimentaria y que son esenciales para formular piensos para pescado. Como la producción de pesca natural se está estancando y existen otros sectores que compiten cada vez más por la harina y el aceite de pescado (en especial, el sector sanitario y el de la alimentación), los ingredientes de origen marino para piensos destinados a peces solo están disponibles en cantidades limitadas, lo que amenaza a largo plazo la sostenibilidad de la acuicultura.

Se estima que habrá que reducir, como mínimo, un 50% la cantidad actual de pescado que se utiliza en piensos para peces para que la acuicultura sea sostenible en 2050 (Comisión Europea, 2015)[4]. El sector ha recurrido a la sustitución parcial de la harina y del aceite de pescado por alternativas de origen vegetal con el fin de lograr el crecimiento sostenible de la acuicultura. Además, el sector busca permanentemente soluciones nuevas e innovadoras para aumentar la salud y el bienestar de los peces, a la vez que mejora la calidad de su carne para satisfacer los elevados estándares que demandan los consumidores. En este escenario, los compuestos bioactivos de origen vegetal, conocidos como fitogénicos, constituyen una gran fuente de aditivos alimentarios naturales aptos para el uso en acuicultura (Rui Gonçalves y Gonçalo Santos, 2015).

 

EL SECTOR OLIVARERO COMO FUENTE DE COMPUESTOS BIOACTIVOS

La aceituna (Olea europaea) se originó probablemente en la región oriental mediterránea de Oriente Medio. Además de su contenido de aceite rico en ácido oleico —un ácido graso omega-9 monoinsaturado (C18:1)— con propiedades saludables, los frutos y las hojas del olivo son ricos en diversos fitoquímicos bioactivos: polifenoles (hidroxitirosol, oleuropeína, flavonoides, etc.), terpenoides, fitosteroles, vitaminas y escualeno, entre otros.

La producción olivarera actual ronda los 16 millones de toneladas de aceitunas de mesa verdes y negras y los 2.7 millones de toneladas de aceite de oliva. El 95% de la producción total corresponde a la región mediterránea, siendo España el principal país productor (FAOSTAT, 2001[5]). El sector del aceite de oliva genera una elevada cantidad de subproductos —hojas, huesos y orujo húmedo—, que solo en España alcanzan los 6 millones de toneladas (Junta de Andalucía, 2015). En la actualidad, la gestión de esta biomasa en España está produciendo aceite de orujo de oliva —un aceite de menor calidad obtenido mediante extracción con hexano— y energía, obtenida por combustión de la biomasa restante (orujo desgrasado, hojas, etc.). Sin embargo, los subproductos del aceite de oliva contienen valiosos compuestos bioactivos olivareros, lo que significa que en este momento se están quemando toneladas de polifenoles, terpenoides, fitosteroles, etc. para producir energía.

Los progresos y avances actuales en tecnología de tratamiento de residuos de alimentos permite establecer estrategias alternativas e innovadoras de tratamiento sostenible dirigidas no solo a reducir las cantidades de subproductos del aceite de oliva que se desechan, sino también a reciclarlos y explotarlos.

Una de estas técnicas con un enorme potencial de desarrollo ya demostrado en aplicaciones prácticas es la recuperación de componentes funcionales de propiedades saludables (Gullón et al., 2018; Nunes, et al., 2018). La recuperación de estos compuestos no solo permite tratar de un modo más sostenible la biomasa olivarera, sino que también produce ingresos adicionales gracias a la comercialización de los extractos producidos, lo que contribuye a aumentar la rentabilidad de la cadena de suministro agroindustrial del aceite de oliva, a la vez que mejora la salud en general.

Desde su creación, Natac se ha concentrado en valorizar biomasas agroindustriales mediante la recuperación de compuestos valiosos, en el marco de las estrategias actuales de bioeconomía y economía circular. La biomasa olivarera se revela así como una excelente candidata para el desarrollo de productos, gracias a la enorme cantidad de compuestos bioactivos del olivo presentes en los subproductos derivados de este con prometedoras aplicaciones funcionales que, como hemos visto, están infraexplotadas en la actualidad.

 

LOS COMPUESTOS BIOACTIVOS OLIVAREROS COMO SOLUCIÓN

En los últimos años, Natac ha desarrollado varios aditivos alimentarios derivados del olivado destinados a diferentes especies animales. Incluso ha patentado la combinación de determinados compuestos bioactivos que, al combinarlos en la proporción adecuada, poseen un efecto sinérgico frente a episodios oxidativos e inflamatorios (Quintela et al., 2013). Esta investigación se llevó a cabo para definir una serie de nuevos productos innovadores de acción demostrada en diversos mercados (nutracéuticos y farmacéuticos). Uno de estos productos se ha aplicado a la acuicultura del salmón: se trata del insumo potenciador de la productividad denominado AQUOLIVE. Este producto posee la capacidad de reducir la inflamación de bajo grado, protegiendo así a los peces de episodios subclínicos de inflamación crónica producidos por los múltiples retos que pueden tener que superar durante su crecimiento (p.ej., posibles enfermedades, alta temperatura del agua, carga de patógenos elevada, etc.). Por otra parte, AQUOLIVE actúa también como antioxidante funcional, contribuyendo a prevenir o mitigar el estrés oxidativo en el salmón. Al contrarrestar la inflamación y la oxidación en órganos (o tejidos) clave en momentos críticos, AQUOLIVE ayuda a conservar la integridad intestinal y a mejorar el metabolismo (energía) de los lípidos (acumulación de lípidos) en el salmón de piscifactoría.

Los beneficios de este producto ya se han demostrado en piscifactorías comerciales. Los resultados mostraron una mejora tanto de los parámetros de producción (aumento de FCR) como de los parámetros de calidad de la carne (menos manchas negras de melanosis en la carne del salmón). También se observaron otras mejoras asociadas a un contenido graso de mayor calidad y a una mejor proporción ω6:ω3 en los filetes, lo que satisface las necesidades de calidad del salmón en la UE. Estos beneficios se obtienen del doble efecto bioactivo (antiinflamatorio y antioxidante) observado en los fitoquímicos del olivo.

 

VALIDACIÓN A TRAVÉS DE LA DEMOSTRACIÓN

Con el fin de validar por completo los beneficios sanitarios de los compuestos bioactivos del olivo para la acuicultura del salmón, Natac lleva a cabo una serie de ensayos en salmón que abarcan todo el ciclo de producción del pescado, incluida la fase de esmoltificación. Inició en septiembre pasado en Noruega un ensayo demostrativo en jaulas marinas que estudiará el efecto del producto AQUOLIVE en salmones de 600 g a 5 kg. Paralelamente, se llevará a cabo un ensayo en tanque de esmoltificación para evaluar los beneficios de los bioactivos del olivo en esta difícil fase de la acuicultura del salmón. Durante ambos ensayos se analizará una serie completa de variables a través del análisis de parámetros de rendimiento zootécnico, de calidad de la carne del salmón, histológicos, bioquímicos y transcriptómicos.

Estos ensayos se están realizando en colaboración con algunos de los mejores referentes en el sector de la acuicultura del salmón, como LetSea —una prestigiosa estación de ensayo noruega con sede en Sandnessjøen—, el centro de tecnología alimentaria Nofima, el centro de investigación español IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria) y la Universidad de Barcelona.

 

CONCLUSIONES

La valorización de la biomasa agroindustrial crea una excelente oportunidad de desarrollar nuevas soluciones para hacer frente a los retos actuales y futuros de la acuicultura ofreciendo al sector nuevos fitogénicos capaces de mejorar la salud y el bienestar de los peces. El proyecto AQUOLIVE vinculará a los olivareros del sur de Europa y a los productores de salmón de Noruega a través de la valorización de la biomasa del olivo y la mejora de la calidad y productividad del salmón, en un contexto de economía circular.

 

Referencias disponibles bajo solicitud.

AQUOLIVE cuenta con la financiación del programa de investigación e innovación de la UE Horizon 2020 a través del Acuerdo de Subvención n.º 830202.

José Carlos Quintela y José María Pinilla, Grupo Natac

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